miércoles, 4 de mayo de 2011

¿Por qué debe ser obedecido el derecho?


Actualmente, la pregunta del ¿Por qué debe ser obedecido el derecho? Nos lleva a múltiples respuestas de acuerdo a la formación, conocimiento y perfile de quien la realiza, pues obedecer o no el derecho, sus normas y sus reglas, siempre será una constante en el imaginario colectivo de quienes formamos parte de una sociedad. ¿Quien determina que debemos hacer? y ¿Las normas jurídicas son justas? O ¿es la aplicación de la norma lo que hace injusto al derecho?

Estas interrogantes, insisto, nos arrojan múltiples aristas de interpretación y respuesta que nos llevan a otras dimensiones de la apreciación propia del derecho como tal. Por ello, a nosotros lo que nos interesa es aproximarnos a la búsqueda del equilibrio entre la creación, interpretación y aplicación de las normas jurídicas en nuestra sociedad.
Así pues, lo que al operador jurídico le compete es el hecho de que el derecho se debe acatar, pues el derecho es necesario para garantizar el bien común entre la sociedad.
Existen diversas interpretaciones de la necesidad del Derecho y del porque se debe obedecer, pero creo particularmente que es necesario dotar de reglas, derechos y obligaciones a la comunidad a efecto de garantizar la estabilidad del grupo social al en donde se aplique.
Derivado de lo anterior, creo firmemente en el hecho de que toca al Derecho establecer relaciones justas entre los individuos: realizar la justicia en la sociedad, con la ayuda del poder y de los instrumentos legales de que disponga, pues lo característico del Derecho no es simplemente el reconocimiento de unas normas con carácter de obligatoriedad, sino el ir acompañadas de la posibilidad de imponerlas por la fuerza (coacción) y la dotación también de derechos a los ciudadanos para garantizar el equilibrio en sociedad. De ahí la esencia histórica del Derecho.  

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